¿QUÉ SABEMOS?
Los TCA (anorexia nerviosa, bulimia nerviosa y cuadros no especificados) afectan principalmente a adolescentes y mujeres jóvenes y son la tercera enfermedad crónica más frecuente entre adolescentes, según datos de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia. También puede afectar a varones y a mujeres de mayor edad pero con menor frecuencia.
Entre los factores que aumentan el riesgo para la aparición de los TCA se encuentran los factores genéticos, los cambios corporales en la pubertad, factores de vulnerabilidad como depresión o ansiedad, baja autoestima o falta de satisfacción con la imagen corporal y ciertos rasgos de la personalidad (impulsividad y perfeccionismo).
SEÑALES DE ALERTA
La anorexia y la bulimia se caracterizan por una necesidad de control del peso, insatisfacción de la imagen corporal y un miedo a ganar peso intenso o a convertirse en una persona obesa, incluso estando por debajo del peso normal.
En la anorexia se da una restricción de la ingesta de alimentos que conlleva a una pérdida de peso inferior al mínimo esperable y un miedo intenso a ganar peso, pudiendo haber o no, según el cuadro clínico, conductas compensatorias (provocación de vómitos) con el objetivo de mantener el peso por debajo de un valor mínimo ideal.
La bulimia se caracteriza por la presencia de atracones recurrentes asociados a una falta de control. Puede haber conductas purgativas como la provocación del vómito o el uso de fármacos o laxantes o conductas compensatorias inapropiadas como el ayuno o la realización de ejercicio físico excesivo.
Patologías asociadas
Los trastornos de la conducta alimentaria pueden darse simultáneamente con otras patologías como la depresión y la ansiedad y en ocasiones ser sólo la punta visible del iceberg, siendo una manifestación de cuadros clínicos más complejos como ocurre con los Trastornos de la Personalidad.
Investigaciones recientes relacionan la anorexia nerviosa con personalidades más controladoras como es el caso de los trastornos obsesivos, mientras que relacionan la bulimia nerviosa con personalidades más impulsivas.
ORIGEN NEUROBIOLÓGICO
Estudios recientes de la Universidad de California, correlacionan la anorexia nerviosa con un déficit en el mecanismo de recompensa cerebral. El cerebro de personas afectadas con anorexia, es menos sensible a la recompensa y al impulso motivador del hambre., por lo que serían más capaces de evitar el impulso de comer aún percibiendo la sensación de hambre.

TRATAMIENTO
Debido a la gravedad de los síntomas físicos y psicosociales, la intervención más indicada es una intervención multidisciplinar que aborde todas las áreas de afectación de la persona. Médico, psicólogo y nutricionista deben trabajar de la mano para garantizar una evolución favorable.
Los principales objetivos del tratamiento son:
-Restaurar o normalizar el peso y tratar las complicaciones físicas.
-Proporcionar educación sobre hábitos de alimentación.
-Modificar disfunciones previas o adquiridas a consecuencia del TCA (pensamientos, sentimientos o actitudes que mantienen la conducta inapropiada).
-Disminuir ansiedad y mejorar estado de ánimo general.
-Potenciar relaciones sociales (entrenamiento en habilidades).
-Proporcionar asesoramiento a los familiares
-Prevenir recaídas.
“Nunca me sentí agusto con mi peso. Sólo me importaba bajar y el número. Pero cuando llegaba a ese número, quería seguir bajando”.
“Al final, me dí cuenta de que no era tan importante un número sino vivir una vida”