Desde que se decretó el Estado de Alarma han pasado ya algo más de 5 semanas en las que nuestros pequeños se encuentran en confinamiento y si hay algo que nos preocupa a los padres es si este estado va a ocasionar consecuencias negativas en la salud de nuestros hijos.
Sabemos que el cerebro de los niños, por su plasticidad neuronal, está preparado para adaptarse a los cambios, pero lo cierto es que no hay estudios que nos aporten datos sobre los efectos negativos del confinamiento en niños. Ya son varias universidades españolas las que han tomando la iniciativa de medir el impacto psicológico de este estado en niños.

Por norma general, los niños menores a 3 años y los adolescentes son los que mejor están sobrellevando esta situación. Los primeros, porque aún no se han iniciado en el periodo de socialización (de pertenencia a un grupo) y con tener sus necesidades fisiológicas, y de seguridad en su núcleo familiar, están cubiertos y los segundos porque además de haber alcanzado el pensamiento formal y de ser capaces de entender las cosas más allá de su punto de vista, cuentan hoy en día con numerosas herramientas tecnológicas para estar en contacto con sus iguales, algo que en estas edades es crucial ya que el sentido de identidad y de pertenencia a un grupo en la adolescencia son una necesidad básica.
¿Qué ocurre con los niños desde 4-12 años?
Son muchos los padres los que comentáis que la frecuencia y la intensidad de las rabietas empiezan a aumentar. Los niños comienzan a estar más irritables, están saciados de juguetes porque ya han tenido tiempo de jugar con todo y buscan descargar emociones aunque la mayoría de las veces lo hagan de manera inadecuada.

¿Se comportará así de ahora en adelante siempre?
Ante todo calma. Recordad que el cerebro a esas edades está en desarrollo y que el llanto, la rabia o la tristeza son emociones que hay que dejarlas salir y en esto los niños no van a tener reparos.
Este estado es temporal y cuando este estado pase, los niños volverán a adaptarse y poco a poco recuperar su equilibrio.
¿Qué podemos hacer para liberar su ansiedad?
En casa no puede faltar algo de ejercicio físico ya que actúa como un potente amortiguador del estrés. No hace falta apuntar al niño a un gimnasio online. Bastará con hacer algún juego o circuito denpendiendo de la edad o de bailar la coreografía de su canción favorita.

¿Qué debemos cuidar en estos momentos?
Sobretodo el vínculo con nuestros hijos. Su equilibrio se ha roto por completo y nosotros somos su base. A pesar de su rabia, a pesar de su mal comportamiento, les seguimos queriendo y ellos necesitan que se lo digamos porque ésta no es una situación normal y necesitan sentir la protección de sus padres ahora más que nunca.

Atender a sus necesidades emocionales implica hacer de guía para que sean capaces de autorregularse y aprovechar cada oportunidad para enseñarles a construirse a ellos mismos, no sólo para este momento si no de cara a un futuro.
Y ponerles límites, ya que no siempre lo que ellos quieren es lo que necesitan.
“La cosa más bonita que te puede pasar en la vida es ser el refugio de alguien”
Ana María Moreno Psicóloga AO06587